domingo, 30 de octubre de 2011

Los cristianos y la ley ritual (ceremonial)

Por mandato de Dios, los creyentes entre la gentilidad -los cristianos- tenemos prohibido efectuar ni siquiera uno solo de los ritos establecidos en la ley de Moisés.

Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. (Gálatas 3:10)
Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. (Gálatas 5:3-4)
Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley... Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis...Hechos 15:24-29
Para nosotros los cristianos, efectuar alguno de los ritos de la ley de Moisés -llámese DIEZMO, SHABAT, PASCUA, etc, etc, etc,- sin estar llamados a hacerlo.
El nuevo pacto está contenido en el antiguo

Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. (Ezequiel 36:26-27)
Los creyentes en Jesucristo no podemos apropiarnos de algo que no nos corresponde, como lo sería efectuar algún rito de la ley de Moisés sin haber nacido judíos. Sin embargo, los cristianos -creyentes entre la gentilidad-, sí que estamos llamados a obedecer y enseñar a obedecer (Mateo 5:17-20)

la Ley en su aspecto espiritual.

En el nuevo pacto (Mateo 26:28 / Marcos 14:24 / Lucas 22:20), Dios nos ha dado su Espíritu PARA ANDAR EN SUS ESTATUTOS, GUARDAR SUS PRECEPTOS Y PONERLOS POR OBRA, estatutos y preceptos espirituales todos de la Ley, por supuesto.
Sin embargo, como ya lo hemos dicho mucho, al hablar de cumplir con sus estatutos y preceptos, Dios -en lo concerniente a los cristianos- no se refiere a la ley ritual, sino a la espiritual.
El corazón de piedra es una alusión a las tablas de la Ley, los ritos y la religión; En tanto que el corazón de carne, se refiere a nuestro Señor Jesucristo, el cual es la Palabra de Dios: la Ley hecha carne. Es el corazón (1 Corintios 2:16) de Nuestro Señor Jesucristo el que tenemos en nosotros los creyentes: SU ESPIRITU SANTO.
El nuevo pacto, que es espiritual, está contenido en el antiguo, que es el ritual. De tal manera que los ritos funcionan como una cubierta protectora cuyo propósito es preservar la información espiritual, el Mensaje Divino que el Padre celestial nos ha enviado para llevarnos hacia donde Él habita: en la vida eterna.
Gracias a esos ritos, el Mensaje -la Palabra de Dios-, extraordinariamente preservada por el pueblo judío, ha pasado de generación en generación y llegado por escrito a su destino final: nuestras manos.

La ley espiritual y el Juicio

Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. (Santiago 2:12)
A nosotros, creyentes entre la gentilidad -los cristianos-, la ley ritual no nos rige, por lo que no seremos acusados de no cumplirla, pero no sucede así con la ley espiritual (Romanos 2:12-16).
Insistentemente nuestro Padre celestial, a través de Su Palabra, nos hace notar que, tal como acabamos de decir, encapsulada en la ley ritual -que son los sacrificios físicos-, está la ley espiritual, la real, la verdadera y eterna. Los sacrificios de la ley ritual son símbolos de la ley espiritual.
¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras [ritos]? No, sino por la ley de la fe [cumplimiento espiritual]. Romanos 3:27
Si en verdad cumplís la ley real [cumplimiento espiritual], conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis. (Santiago 2:8)

El nuevo régimen espiritual:

Las efímeras estructuras terrenales (2 Corintios 5:1-4) no son sino figuras y sombras de las eternas estructuras celestiales (Hebreos 9:1-10). Ejemplo de esto lo tenemos cuando la Palabra nos muestra que Moisés construyó el tabernáculo acorde al que se le permitió ver en el Cielo (Hebreos 8:5).
El antiguo régimen ritual -antiguo pacto (Hebreos 8: 6-7)- estaba constituido por sombras y figuras de lo celestial: el templo en Jerusalén, el cual era el núcleo alrededor del que se efectuaban los ritos; Pero ahora el nuevo régimen, la Gracia, que ya no es ritual sino espiritual, tiene como núcleo al Señor Jesucristo, que es el verdadero Tabernáculo, el Templo Santo de Dios (Juan 2:19-21 / Hechos 17:24 / Hebreos 9:14 / Apocalipsis 21:22) en torno al cual ahora se ofrecen sacrificios también espirituales (Efesios 2:20-22).
Y haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre. Estará en medio de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. (Ezequiel 37: 26-27)
Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. Romanos 7:6
El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. (2 Corintios 3:6)
Como ya sabemos, el antiguo pacto estaba escrito por el dedo de Dios (Éxodo 32:15-16 / Éxodo 31:18) en tablas de piedra, pero ahora, también por el dedo de Dios, el nuevo pacto está escrito en nuestros corazones con la sangre preciosa del Señor Jesucristo, que es su Santo Espíritu:
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Ezequiel 36:26-27

El Templo espiritual

De tal manera que el Templo espiritual, real y eterno, centro del nuevo pacto y Casa de Dios, no solamente es el Señor Jesucristo, sino también su iglesia:
...pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza. (Hebreos 3:6)
Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 1 Pedro 2:5
Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. Efesios 2:20-22

Los sacrificios espirituales:

En tanto que los sacrificios espirituales (1 Samuel 15:21-23 / Salmo 40:6-8 / Salmo 51:16-17 / Proverbios 21:3 / Isaías 1:10-17 / Isaías 58:5-7 / Jeremías 6:19-20 / Amós 5:21-24 / Oseas 6:6 / Miqueas 6:6-8, etc.) que se ofrecerán en ese templo -también espiritual- son las buenas obras -que tal como los antiguos sacrificios físicos, que obligatoriamente debían llevar sal (Levítico 2:13)-, deben llevar amor sin fingimiento, es decir, sin la maldad y la corrupción que es todo interés oculto detrás de las buenas obras.
Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios. Hebreos 13:16
Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; Hebreos 10:24
Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. Filipenses 4:18
Esto es importante conocerlo, pues en la siguiente vida, sin excepción, todos seremos juzgados (Mateo 25:31-46) por la ley verdadera, la espiritual y eterna, y en ese Juicio de nada valdrá si asistíamos los domingos a la iglesia, cantábamos, íbamos a congresos, profetizábamos, echábamos fuera demonios o hacíamos muchos milagros (Mateo 7:21-23), si nunca cumplimos con la Ley Eterna de Dios:
Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio. Santiago 2:13 (Jua 1:17) Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
Jamas se ofrecieron sacrificios para"conquistas materiales"como se enseña hoy.los sacrificios eran para expiatorio por el pecado,y ellos fueron abolidos con el ultimo y gran sacrificio perfecto: el de nuestro Señor en la Cruz:

Heb 9:28
Heb 7:27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.(Heb 10:10) En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

(Heb 10:14) porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.







así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.

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